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CULTIVAR TUS VERDURAS FAVORITAS NUNCA FUE TAN FÁCIL Y PRÁCTICO



Todos sabemos las maravillas de cultivar en casa y de poder alimentarnos de ingredientes km 0 reales. Somos conscientes de que tener nuestro propio huerto nos brinda una infinidad de beneficios en todos los niveles. Pero puede pasar que nos parezca muy difícil conseguir llenar nuestros platos de verduras cosechadas por nosotros. Nada más lejos de la realidad, solo es cuestión alguna guía sencilla, algo de práctica, tiempo para disfrutar y paciencia para observar el crecimiento natural de las plantas hasta llegar al fruto maduro.


Hoy estoy aquí para darte esa guía sencilla para que cultivar tus verduras favoritas sea fácil y práctico.


Voy a ponértelo supersencillo, no vas a tener excusa.


Cada tipo de hortaliza se siembra, cuida, cultiva y cosecha de forma diferente, pero no es difícil. Solo debemos saber las diferencias y características de cada uno para tener éxito asegurado en nuestro huerto.


Te voy a contar cómo y cuándo cultivar hortalizas



También debemos tener en cuenta que cada temporada tiene unos cultivos concretos y es básico respetar su momento para tener éxito en la cosecha.


Por ejemplo, para cultivar tomates en invierno necesitaríamos protecciones térmicas, abonos y fertilizantes químicos, pesticidas y muchos otros productos perjudiciales para la salud y para la tierra. Esta sería la única forma de conseguir que produjeran frutos, ya que en ese momento no encontraría las condiciones climáticas óptimas para su desarrollo.


Empecemos clasificando las hortalizas según la parte de ellas que vamos a consumir:


HORTALIZAS DE RAÍZ Y TUBÉRCULOS (zanahoria, rábanos, remolacha, patata…)

HORTALIZAS DE HOJA (acelgas, lechugas, espinacas, col, …)

HORTALIZAS DE FLOR Y TALLO (alcachofa, coliflor, espárrago, …)

HORTALIZAS DE FRUTO (tomate, berenjena, pimiento, …)

LEGUMINOSAS (guisantes, habas, judías, …)


Ya sabemos que cada verdura es un mundo, pero voy a daros una pincelada de las características del cultivo según esta clasificación:



HORTALIZAS DE RAÍZ Y TUBÉRCULOS



Las más conocidas son la zanahoria, los rábanos y rabanitos, remolachas, ajo, cebolla, puerro, patata, boniato, apio, …


Tipo de suelo: Estas necesitan una profundidad de tierra algo más elevada que otros cultivos. Podrían cultivarse en pocos centímetros de tierra, pero su desarrollo no sería óptimo. También será importante tener un suelo mullido y rico en nutrientes, así aseguraremos que las raíces tienen espacio para crecer según necesiten.



Siembra: Algunas, como las zanahorias o rabanitos, podemos sembrar las semillas

directamente en el suelo en su lugar definitivo. Otras, como las remolachas o las cebollas, será mejor plantar planteles previamente cultivados en semilleros. Y, en esta familia de hortalizas, también incluiremos las patatas y boniatos, por ser su parte comestible la que se desarrolla bajo tierra. Estas las sembraremos a partir de trozos de patatas con brotes.



Cuidado y mantenimiento: En este tipo de cultivo no podemos ver la evolución de la misma forma que cuando la parte comestible se desarrolla fuera de la tierra, pero debemos estar atentos a las señales para que tengan todo lo necesario para desarrollarse adecuadamente.

  • Riego: Es importante que la tierra tenga una humedad estable, pero sin encharcamientos. Dependiendo de la época del año y de la climatología, serán necesarios los riegos o no.

  • Abono: Todo cultivo necesita nutrientes para crecer. Una buena capa de compost bien maduro sobre la superficie de la tierra ayudará a que no les falte de nada en todo su proceso de crecimiento.

  • Control de hierbas adventicias: Nada debe competir con nuestro cultivo. Si dejamos que las hierbas crezcan libremente por nuestra zona de cultivo, podemos provocar carencias.

  • Prevención y cura de plagas y problemas: No siempre es necesario prevenir con tratamientos, pero si hay cosas que podemos hacer para evitar males mayores: mantener la zona desherbada, tener bandas florales y aromáticas que atraigan insectos beneficiosos, mantener estabilidad hídrica siempre que sea posible, … Y cuando este control no dependa de nosotros, podemos tener un botiquín de huerto para ayudar a prevenir y curar antes de que sea demasiado tarde.


HORTALIZAS DE HOJA



Aquellas cuyas partes comestibles son sus hojas, sus brotes o sus flores. Las más conocidas son: lechuga, canónigos, escarola, endibias, espinaca, acelga, kale, col, etc. Estas nos permiten un periodo de recolección largo, al poder ir consumiendo poco a poco por hojas.


Si te preguntas cómo y cuándo cultivar lechugas, canónigos, espinacas, kale, coles, etc. Sigue leyendo y verás que fácil.



Tipo de suelo: El suelo óptimo para su buen desarrollo es una tierra blanda con mucha materia orgánica bien descompuesta.


Siembra y cultivo: Las hortalizas de hojas suelen ser de climas templados, tirando a frío. Si se cultivan en verano, deberán protegerse del calor y ser cultivos adaptados al clima. Se pueden sembrar de forma directa a voleo, en forma de fina lluvia sobre el bancal y luego cubrir con una fina capa de tierra o compost. También podemos trasplantar planteles previamente sembrados en semilleros.




Cuidado y mantenimiento:

  • Riego: La mayoría de hortalizas de hojas necesita abundante agua para crecer adecuadamente. El riego más adecuado para estas suele ser por goteo o exudante. Por su necesidad de agua, será esencial que el drenaje sea bueno para evitar encharcamientos. No debemos regar en las horas más calurosas del día.

  • Control de hierbas adventicias: Debemos ir desherbando para tener un crecimiento estable de nuestro cultivo. Será buena idea cubrir la parcela con paja al sembrar las semillas para evitar la sequedad, los pájaros y el golpe de las gotas de lluvia directas.

  • Prevención y cura de plagas y problemas: A este tipo de cultivo pueden afectarle algunos problemas como: minadores, trips, pulgón, gusano alambre, caracoles y babosas, etc. Es importante, como en todos los tipos de cultivos, mantener estabilidad climática, hídrica y vigilar de cerca nuestro huerto para prevenir problemas y curarlos cuanto antes.


HORTALIZAS DE FLOR Y TALLO




Entre las hortalizas de las que nos comemos su parte floral encontramos, por ejemplo, la coliflor, el brócoli, el romanesco o la alcachofa. De las que consumimos su tallo tenemos el espárrago. Y, en este mismo grupo, añadiremos el hinojo, el apio, el puerro, e incluso la acelga de penca ancha, de las que nos comemos sus tallos anchos y carnosos.


Tipo de suelo: Les gusta un suelo ligero, fresco, sin apelmazar. No necesitan tierras muy abonadas, pero siempre vendrá bien un suelo vivo y completo.


Siembra y cultivo: Las hortalizas de este grupo son bastante adaptables a diferentes climas y zonas de cultivo. La mayoría soportan mucho mejor el frío que el calor, excepto el apio y el hinojo, que son de mejor calidad en climas templados. La mayoría de este tipo de cultivos conviene trasplantar planteles previamente sembrados en semilleros protegidos.





Cuidado y mantenimiento:
  • Riego: Al ser cultivos de otoño, invierno y primavera, pueden vivir con poco riego, ya que son épocas con climas húmedos. Si coincide con época seca, convendrá realizar riegos para asegurar la hidratación necesaria. Es muy importante evitar encharcamientos. Si se cultivan en zonas con muchas lluvias, podría ser buena idea sembrar en bancales elevados o con algo de inclinación para garantizar el buen drenaje de la tierra.

  • Abono: Los cultivos de tallo pueden precisar un recalce de sustrato blando que no se apelmace con la humedad. Es importante que el compost que utilicemos para esta familia de hortalizas esté bien descompuesto, un abono joven favorecerán el desarrollo de patógenos.



  • Control de hierbas adventicias: Como en todas las familias de cultivo, es mejor que no tengan que competir por el agua y los nutrientes, así que siempre recomiendo mantener el bancal de cultivo desherbado.

  • Prevención y cura de plagas y problemas: Es buena idea cultivar esta familia de hortalizas tras un ciclo de judías o guisantes, ya que se habrá fijado en el suelo el nitrógeno y nos ayudará a desarrollar plantas sanas. La rotación de cultivos puede ser la clave para el buen mantenimiento de un huerto ecológico sin químicos.


HORTALIZAS DE FRUTO



En esta familia de hortalizas encontramos las solanáceas, cuyos frutos son en forma de baya, con piel y carnosas, y las cucurbitáceas, cuya fruta es consistente, de piel gruesa y contienen gran cantidad de agua.



Ejemplos:

Solanáceas: tomates, berenjenas, pimientos, etc.

Cucurbitáceas: melón, pepino, sandía, calabaza, calabacín, etc.


Tipo de suelo: Estas hortalizas necesitan un suelo de consistencia media y muy fresco, con un muy buen drenaje de la tierra para evitar que se pudran las raíces por encharcamientos.


Siembra y cultivo: Todas las hortalizas de fruto necesitan de climas templados y sol para su maduración. Estas también requieren ser sembradas inicialmente en semillero protegido para ser trasplantadas a su lugar definitivo cuando sus brotes tienen ya algunas hojas y el clima exterior es suficientemente cálido. En el caso de las solanáceas deberemos ir eliminando los brotes axilares y, en el caso de las cucurbitáceas, deberemos ir realizando podas de las ramas radiales para fomentar el engorde de los frutos.



Cuidado y mantenimiento:

  • Riego: Necesitan riegos abundantes, sobre todo en la primera fase de su ciclo vegetativo. Posteriormente, serán suficientes varios riegos cortos al día, siempre estables. El sistema de riego por goteo será el más eficaz para evitar que la tierra se seque por completo. No es buena idea regar de forma aérea.

  • Abono: Es esencial que el compost y la materia orgánica usada esté bien fermentada y descompuesta. Es buena idea añadir potasio cuando empiezan a salir los primeros frutos.


Prevención y cura de plagas y problemas: Esta familia de cultivos es la más propensa a tener dificultades en el desarrollo si las condiciones no son óptimas. Los principales problemas y plagas que pueden aparecer en este caso son: araña roja, araña blanca, mosca blanca, pulgón, trips, hongos o podredumbres, entre otros. Lo ideal es ir vigilando los cultivos un par de veces a la semana, observando que no aparezcan, en sus hojas o tallos, decoloración, perforaciones, manchas ni nada parecido. Otra cosa a tener en cuenta es que no se deberían sembrar dos temporadas seguidas en el mismo lugar, tampoco es buena idea cultivarlas en el lugar donde acaban de terminar su ciclo las coles.


LEGUMINOSAS:



Las plantas leguminosas se caracterizan por producir frutos en forma de vaina, los cuales incorporan dentro semillas conocidas como legumbres.



Ejemplos: habas, guisantes, judías, edamame, garbanzos, lentejas, soja, cacahuete, etc.


Algunas de ellas las podemos consumir tiernas como las judías verdes o los tirabeques, y otras las comemos una vez la semilla se ha desenvainado, como los garbanzos o los guisantes.


Tipo de suelo: Estos crecen bien en prácticamente cualquier tipo de suelos, siendo sus favoritos los suelos frescos, mullidos y bien drenados. No son nada exigentes con la tierra, sin embargo, son un excelente cultivo para repoblar el suelo de nutrientes como el nitrógeno. Siendo el nitrógeno uno de los principales alimentos de las plantas, al cultivar leguminosas estaremos reduciendo el uso de fertilizantes químicos y disminuyendo la contaminación, favoreciendo la agricultura ecológica.

Siembra y cultivo: La mayoría de leguminosas se siembran de semillas directamente en el

terreno. Hay leguminosas para todas las épocas del año y es de vital importancia respetar su temporada de cultivo.


Cuidado y mantenimiento:
  • Riego: Es importante que el suelo de las leguminosas siempre esté húmedo, pero no encharcado. Dependiendo de la época del año y del tipo de legumbre, necesitará riegos o tendrá suficiente con la hidratación natural.

  • Abono: Un acolchado orgánico ayudará a mantener una temperatura estable de las raíces y, a la vez, garantizará que no le falte de nada a la tierra.

  • Prevención de plagas y problemas: Estos cultivos pueden verse afectados por pulgones, hongos, trips o nemátodos y también hay que vigilar los depredadores habituales como los caracoles, roedores y los pájaros.



Si quieres una guía mucho más detallada del cultivo de cada verdura y hortaliza, tienes disponible este almanaque: una enciclopedia convertida en fichas de cultivo de verduras ecológicas.


Un material manejable para toda la familia, fácil de entender y aplicar, que además te puedes llevar al huerto de forma práctica y cómoda.


Contiene toda la información teórica que necesitas para cultivar tu huerto



Una caja con 36 fichas con las que conocerás los trabajos, cultivos y problemas del huerto.


  • 12 fichas de trabajos del mes en el

huerto. Con ellas aprenderás qué trabajos hay que realizar: controlar los riegos, labores, siembras, trasplantes y recolectas. Una para cada mes del año.

  • 12 fichas técnicas de hortalizas del huerto. Aprenderás las características individuales de cada cultivo, la morfología, los posibles problemas y las asociaciones favorables de distintas plantas.

  • 12 fichas técnicas sobre problemas en el huerto. Con ellas aprenderás a detectar los hongos, insectos, enfermedades... del huerto, a qué cultivos y cómo los afecta y cómo prevenirlas y combatirlas.


Si has llegado hasta aquí GRACIAS por confiar en mis conocimientos hortelanos, mis 12 años cultivando me han enseñado tantas cosas que soy feliz de ser partícipe de los inicios de nuevas familias hortelanas. Ayudar a cultivar tus verduras favoritas es mi objetivo.


Si estás a punto de empezar la aventura de cultivar tus propios alimentos, o necesitas el último empujón para hacerlo, te recomiendo leer esta entrada de blog, TODO LO QUE DEBES SABER PARA EMPEZAR A CULTIVAR TUS VERDURAS Y HORTALIZAS EN CASA.


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